domingo, 10 de febrero de 2013

Sé valiente y descubre la magia del mundo que te rodea.

La pequeña niña entró en el dormitorio con una inocente sonrisa en su rostro y con un vaso y una aspirina en las manos. Su abuelo estaba echado en la cama, tapado con varias mantas y con la mirada fija en el techo de su habitación. Cuando notó la presencia de la pequeña en el dormitorio, giró la cabeza lentamente y sonrió.
-Llevas un vestido precioso, Clara. -le dijo con dulzura.
La niña sonrió, pero no dijo nada. Se sentó al pie de la cama y posó el vaso y la pastilla en la mesilla de noche de su abuelo.
-Mamá dice que debes tomártela para estar mejor. Dice que si te tomas una cada día durante toda la semana, te recuperarás y podrás salir a la calle, ver a tus amigos y pescar de nuevo, como antes. Mamá dice que no hay otra solución, abuelo. ¿Te la tomarás?
-Gracias, Clara. Y sí, claro que lo haré, pequeña. Eres muy buena.-dijo y acompañó sus palabras con una caricia en la cabeza de la niña.
-Abuelo, en el colegio, la maestra nos pidió que contásemos una historia inventada. Yo conté una historia de dragones y cíclopes malvados que se adueñaban del bosque donde habitaban unos gnomos cantarines. En clase se rieron de mí, dijeron que todo eso era mentira y que a nadie le gustaban esas historias fantásticas... -a la niña se le humedecieron los ojos cuando preguntó: ¿Tú no crees que eso sea mentira, verdad abuelo? La magia existe ¿verdad?
-Clara, pequeña, sólo los necios serían capaces de negar que la magia existe. El problema está, precisamente, en que el mundo está poblado de necios. La magia existe, sí y todos los bosques poblados de gnomos saltarines y cantarines que te quieras imaginar también son ciertos. 
Clara, tú eres aún muy pequeña y no creo que entiendas del todo cómo funciona el mundo, pero me gustaría adelantarte algunas cosas. 
Ahí, fuera del mundo de tu imaginativa mente, existe un mundo triste y gris. Los hombres sólo tenemos una preocupación que nos roba el sueño y, en ocasiones, la vida entera. Esa preocupación, pequeña, se llama dinero y es el arma más letal y sucia que le puedes entregar a un hombre. Por dinero se muere, pequeña. Por el dinero las personas se convierten en monstruos sedientos de poder. El mundo se resume en eso.
La gente no es capaz, y no sé por qué, la gente no es capaz de apreciar la belleza de las cosas. Oh, Clara, tú eres muy pequeña aún, pero llegará el día en el que crezcas y te enamores. Y créeme, entonces ya no tendrás dudas sobre la existencia de la magia. Notarás que tu cuerpo se derrite, que las pulsaciones se te aceleran, que tu boca se hace agua y que en tu estómago mil mariposas revolotean en un vals de alegría infinita. Notarás, Clara, que cada vez que veas a esa persona unas chispas invisibles se interpondrán entre vosotros y que el canto de esos gnomos de los que hablas te robarán el aliento y te dibujarán una sonrisa.
Pero sí, Clara, hay gente allí fuera que no lo entiende. Hay gente allí fuera que no cree en la magia y lo resume todo con las palabras "procesos químicos y hormonales". 
Y no sólo eso, no creas que la magia sólo está en el amor. En realidad, todo es magia. El mundo es mágico.
Cada bosque guarda en su interior un hada protectora, cada montaña murmulla en las noches palabras bonitas, en las ráfagas de viento se pueden descifrar un millón de versos, las flores no son más que bailarinas paralizadas por la fragancia de la primavera, el cielo no es más que el color azul de los ojos de una hermosa dama llamada Tierra, los peces no son más que hijos del agua y la lluvia no es más que las lágrimas tristes de los ojos de Tierra. 
Créeme, Clara, el mundo es maravilloso. No hagas caso de los necios que centran su atención en el conseguir más y más dinero. No centres tu corazón en lo gris del mundo, pequeña. Allí, afuera, un mundo maravilloso más allá del dinero y de los problemas del ciudadano necio te espera.
Sé valiente y descúbrelo, Clara. 
Sé valiente y descubre la magia.




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miércoles, 6 de febrero de 2013

"Nunca dije que me quedaría hasta el final."


"No recuerdo haber pronunciado jamás esas palabras. Nunca prometí quedarme hasta el final, pelear por la imposible tarea de abrir mentes cerradas y cegadas por lo políticamente correcto. Nunca prometí construir una amistad verdadera y fuerte. Nunca prometí pertenecer a un grupo y morir por él. 
No, esta no es mi guerra. No quiero luchar por algo que ya está perdido. Quiero luchar por mí, por mi futuro, por lo que me llena y por los que quiero. No quiero luchar por ignorantes de cabezas huecas y corazones marchitos. No quiero que me busquen etiquetas, que me encasillen con tanta facilidad e incoherencia. 
No busco ser diferente ni llamar la atención. No busco ser comprendida ni querida, con la aceptación e indiferencia me sobra. No busco nada más que sinceridad, honestidad y valor. ¡Valor! Quiero gente de verdad a mi lado. No quiero cinismos, ni sonrisas fingidas, ni amargos buenos días. Quiero la verdad ante todo y que se callen sus frivolidades. ¡Qué se callen para siempre!"

Afuera llovía. La noche enfriaba la ciudad y ella escribía sin pausa desde su cama. Alguna lágrima quiso resbalar, caer desde su mirada y acariciar su rostro. Ella no lo permitió. Ella ahora es de hierro. Es fuerte y sabe reprimir una llantina. Sabe escuchar su canción, cerrar los ojos y no pensar. Sabe vivir sin el abrazo que desea. Sabe lo que es la soledad y no le tiene miedo. La ha acogido y cada noche se duerme a su lado guardando en sus labios esas palabras que quizás duelan demasiado decir.

Ella por fin sabe lo que hay que hacer cuando uno quiere desaparecer por completo. 
Sabe escuchar su canción, cerrar los ojos y no pensar.

"But I never said I would stay to the end
So I leave you with babies and hoping for frequency
Screaming like this in the hope of the secrecy
Screaming me over and over and over
I leave you with photographs
Pictures of trickery
Stains on the carpet and
Stains on the scenery
Songs about happiness murmured in dreams
When we both us knew
How the ending would be..."
Disintegration  - The Cure.