Ian Curtis, al que dedico este escrito. |
Una nube gris nos cubre por completo, no sigas su rastro. Estáte atento al peligro, siempre a ese peligro.
Camina, en silencio y contempla los árboles que se entrelazan sobre el río del que habla ese libro tan conocido.
Ve atento a las miradas que te devuelva la gente, al mirarles tú, con esos ojos de pena.
No te vayas, no camines más en silencio.
No te vayas a otro mundo, no pierdas otra vez el control.
Contrólate, sigue caminando, avanza entre la maleza de la que te hablé, atento a ese inofensivo y continuo peligro de existir.
A ese peligro llamado existencia del que tú mismo huiste.
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