Camino silenciosamente por el sendero. Miro hacia arriba esperando ver el despejado cielo pero sólo alcanzo a ver un revoltijo de ramas de árboles desnudos. Se mueven y crujen con el movimiento del incesante viento.
Un viento frío, congelado. Quiero abrazarme para darme calor pero me asusto al descubrir que no tengo cuerpo.
No veo mis manos, ni mis piernas. No soy persona.
Cierro los ojos y los abro de nuevo esperando ver mis pies al mirar al suelo. Pero lo que veo me aterra de manera sobrehumana. Juro que si pudiera correr lo haría. Juro aquí, ahora, en este profundo bosque que si en este momento pudiera hacer alguna otra cosa aparte de gritar, lo haría.
No puedo explicar lo que ahora estoy viendo. Si pudiera, juro también que lo haría. Creo que no existen palabras que lo puedan explicar y si existen, no sé de su existir.
Es aterrador. Es inhumano. Es absolutamente horrible.
Juro de nuevo que no lo puedo explicar. Juro que nunca quise esto.
¿Cómo iba a desear convertirme en una aterrada y terrorífica voz? ¿Cómo iba a desear no ser nada?
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