domingo, 21 de abril de 2013

Para ti, que creíste en mí.

Gracias por quererme, por no dejarme caer. Por convertir en risa los días de lluvia, por llenar de sonrisas las horas vacías de las mañanas dormidas. Te doy gracias por saber estar a mi lado, por no tener miedo a mis lágrimas, por curarme todo con tus abrazos. Te doy gracias, agradezco profundamente que me hayas escuchado, que me hayas sabido comprender, que hayas sido capaz de sostener mi mirada y bañarla de felicidad. De veras, agradezco cada momento, cada palabra especial que sólo yo entendí y que sólo tú fuiste capaz de pronunciar. 

Gracias por quererme, por confiar en mí. Por seguirme y orientarme, por contar cada paso que doy y saber medirlos y aconsejarme. Gracias por tu cariño infinito, por tus caricias y besos. Gracias por hacer de la cuesta que me toca subir de aquí en adelante un camino menos tortuoso. Agradezco las lluvias de ilusión y amor que hacías caer sobre mí cada día gris, agradezco que me leyeras, agradezco que me ayudases a soñar y a amar cada vez más la escritura.

Gracias por creer en mí cuando los demás tan sólo pensaban que era una ilusa, por centrar tu atención en mí y no dejarme sola e incomprendida una vez más. Gracias por lo que me ofreciste, que fue todo.

Gracias, mil millones de gracias y, pido perdón si algún día mi mirada no supo devolver todo el cariño que la tuya me ofrecía. 

Ojalá te vaya bien, ojalá nos vaya bien.



Y gracias a ti, que me lees y valoras lo que escribo. 
Gracias, significa mucho para mí.