viernes, 23 de agosto de 2013

Todo el color negro del mundo en un corazón inocente.

Susurros que matan,
miradas que hieren y corazones latiendo,
doloridos, 
damnificados por el impecable aroma del olvido.
Y ese beso que rompió fronteras y desató el odio del mundo. 
Todo el color negro existente dormido en un corazón inocente.

La desintegración más limpia del cuerpo más puro.
El aullido ensordecedor de las alegrías moribundas.
El constante querer y no poder de los frustrados,
de los poetas, 
de los enamorados, 
...
de los humanos.

Escribir para no morir de pena.
Llorar por no querer bailar más.
Los vestidos de seda desgarrados, 
las sábanas sucias del sudor de un verano,
de un verano ya llegado a su fin.

Sufrir el cansancio de la felicidad.
Echar de menos la tristeza.
Regresar al lugar del crimen, 
y ver tu cuerpo sin vida en el suelo.
(Cosas que, aunque grises, te mantienen con vida)

Quizás ya no queden más noches, 
más camas en las que revolcarse, 
más daño que causar a la paz.

Quizás ya no le queden más velas blancas a Teseo,
ni más suicidios a Egeo.

Quizás no haya ya más guerras que firmar,
más pactos de los que arrepentirse, 
más drogas con las que buscar el camino.

No.
No hay más velas blancas para Teseo, 
ni más acantilados para Egeo.



viernes, 2 de agosto de 2013

Y perseguir así todo lo que nos fue arrebatado.


Esos hijos de puta, Mary. Esos hijos de puta nos han quitado todo lo que teníamos. Llegaron y nos lo arrebataron todo. Nos quitaron la casa, la cosecha. Uno de ellos sacó una pistola y mató a nuestro perro. Dime, Mary, dime qué derecho tienen. ¿Qué derecho tienen de acabar con la vida de una familia que ha trabajado, que se ha ganado el pan a base de esfuerzo y sudor? Ellos llegaron, llegaron con sus ropas nuevas y zapatos limpios y nos echaron de nuestra tierra sin más, sin dar explicaciones, sin darnos tiempo para despedirnos de nuestro hogar. Hemos trabajado, hemos luchado por comer cada día. Nuestros hijos merecen conocer la verdad, merecen crecer en un lugar digno. ¿Qué les diremos, Mary? ¿Qué les diremos, qué pensarán de nosotros? Apenas tenemos unos dólares y necesitamos comer. Ya no nos queda harina, ni maíz. ¿Cómo nos alimentaremos? ¿Cómo daremos de comer a toda la familia, a ocho bocas hambrientas que piden desesperadas un trozo de carne?
Debemos huir, hace tiempo que lo sé. Quizás con el viejo coche del abuelo podamos avanzar algunas millas y llegar a algún sitio que no esté controlado por estos hijos de puta. ¡Joder, Mary, ya sé que no quieres irte! ¿Piensas que alguien quiere? ¿Qué pretendes que hagamos? Ya has oído al de los tejanos limpios, debemos largarnos o nuestras vidas correrán la misma suerte que la de Max. Creo que algunas familias ya han empezado a irse. Hace tiempo que no veo a Bruce, quizás se haya ido con su familia. No vivía muy lejos de aquí. ¿Recuerdas? Tú ayudaste a su mujer con los niños cuando eras más joven, incluso un día nos fuimos juntos al baile. ¿Recuerdas cómo cantábamos Jacob's Ladder todos juntos y cómo bailábamos? Eran buena gente, Mary. Me entristece dejar todo esto de repente. Esta es nuestra tierra, nuestro hogar. Cada trozo de esta tierra fue trabajada por nosotros con increíble esfuerzo y dedicación. No es justo, Mary, no es justo. Tener que dejarlo todo así me rompe por dentro... Y pensar en los niños y sus ganas que tenían de probar los caramelos... No pueden, claro. Hasta que no encontremos trabajo lejos de aquí, no podrán probar los caramelos, Mary. 
Esta tierra, esta luz, este cielo y este viento nos dieron la felicidad hasta hace unos días. Si cierro los ojos se me vienen a la mente imágenes de los niños correteando por aquí junto a Max. Si cierro los ojos me imagino sosteniendo de nuevo el pico, trabajando la tierra que nos daba de comer. Y también el anochecer y el cantar canciones a la luz del fuego con el loco de Will contando historias de sus abuelos y de la guerra. ¿Qué habrá sido de él, Mary? Quizás también haya huido. Como huyó todo lo que amamos, como se esfuma ahora ante nuestros ojos nuestro hogar y nuestra ilusión por algo mejor. 
Debemos prepararlo todo, Mary. Mañana nosotros también debemos huir y perseguir así todo lo que nos fue arrebatado.

Inspirado en "Las uvas de la ira" de John Steinbeck. 1939.

"Entonces no importa. Entonces estaré en la oscuridad. Estaré en todas partes...donde quiera que mires.
En donde haya una pelea para que los hambrientos puedan comer, allí estaré.
Donde haya un policía pegándole a uno, allí estaré.
Si Casy sabía, por qué no, pues estaré en los gritos de la gente enfurecida y estaré en la risa de los niños cuando están hambrientos y saben que la cena está preparada. Y cuando nuestra gente coma los productos que ha cultivado y viva en las casas que ha construido, allí estaré. [...]"

Las uvas de la ira de John Steinbeck. (1939)

"Hijo, resiste."


Cuando era un niño, mi padre me dijo: "Hijo, resiste. Resistir es lo único que te mantendrá a salvo aquí cuando crezcas. Llegará un día en el que te des cuenta de que todo lo que te rodea es de color gris y que las sonrisas en las que tanto confiabas se apagan como una vela bajo una tormenta. Hijo, este es tu mundo y quizás empieces a odiarlo pronto, pero no lo desprecies demasiado, al fin y al cabo, es tuyo. Te rodearás de tristeza y desilusión, pero deberás resistir. Te engañarán, llorarás y no encontrarás tu lugar, pero deberás resistir. Y creerás que los que te rodean son felices, te lo harán creer. Ellos con sus ganas desesperadas de conseguir algo que no conocen siquiera te harán creer que son felices. No te lo creas demasiado rápido, hijo. Ellos, a pesar de sus risas guardarán las mismas inseguridades y miedos que tú guardas y guardarás. Y deberás de nuevo resistir cuando el mundo te aplaste con su rapidez y cuando el tiempo se te eche encima, te ahogue, cuando de repente te falte el aliento: deberás resistir, hijo, resistir es lo único que te salvará.
Sonreír, recordar, viajar y caminar, rodearte de familia, huir, coger trenes y perderse en ciudades desconocidas, leer, escuchar, comprender, respetar y amar tanto que te baile el alma...Esas, esas son las cosas que te harán resistir, que te convertirán en una persona fuerte y luchadora. No creas que el resistir y el luchar son consecuencias de haberte convertido en piedra, hijo. Cuando tu corazón sea capaz de asimilar y sentir todo tipo de emociones serás fuerte y para ello, mi niño, para ello debes vivir. Vive con emoción y ánimo, vive y entrégate al máximo, deja que te envuelvan y acaricien las ganas y el entusiasmo por probar cosas nuevas y por ser feliz. Hijo, resiste y no tengas miedo. O mejor, ten miedo y enfréntate a él."