sábado, 20 de octubre de 2012

Y tú con tu camiseta de Joy Division y yo llenando vacíos con conciertos de The Cure.

¿Recuerdas el sonido insistente de la lluvia contra el cristal? ¿Recuerdas el constante ritmo de tu corazón cuando todavía eras real? Y el incesante movimiento de las nubes en los días grises. Los cambios de humor del cielo en pleno Noviembre. Y tu sonrisa encendiendo todo lo que la rodeaba. Y tú girando en una espiral de color a las siete y media de la mañana. Los zumos de naranja y las canciones de amor cuando éste ya no existía. 
Conciertos de The Cure como única cura. Tardes de estudio como única distracción. Bebe agua, que te limpia por dentro y te hace olvidar. Y si puedes súbete a algún tren, que aunque el billete salga caro, merece la pena huir y nada más. Huir y ser. Y nada más.

Yo sí lo recuerdo. En alguna calle de mi interior dejaste aparcada tu bicicleta y tu mirada oscura y ahora, ahora yo no sé qué hacer pues bien pensé que con tu huida lo llevarías todo y no dejarías el más mínimo rastro. 
Recuerdo haberme prometido vaciar la mente de sentimientos y el corazón de razonamientos. Recuerdo haber prometido no sentir más a las estúpidas mariposas revolotear. ¡Lo recuerdo, lo recuerdo! Recuerdo haberme dicho "Hasta aquí hemos llegado." y muchas cosas más. Y qué estúpida fui. Cuando algo está tan vacío como yo lo he estado, necesita ser llenado. Y mírame, mírame bien, otra vez igual que siempre.

También recuerdo haber prometido que tú serías mi Robert Smith y yo sería tu Mary. Que nos comeríamos el paseo de Begoña y que se nos atragantaría en cada beso. Que nada de aparentar y parecer perfectos. Nada de nada más que una bebida bien fría y una canción antigua, que es lo que somos. San Lorenzo en medio de una tormenta y un acantilado para un suicida, que es lo que somos. Y tú con tu camiseta de Joy Division y yo, yo contigo y sin ti, como siempre. 
Un jaleo constante de sentimientos y palabras, que es lo que soy, que es lo que somos.


                                                                                 Que tú serías mi Robert Smith y yo sería tu Mary.



2 comentarios:

The Gossip Eye dijo...

Wooow!
Otro historia maravillosa, nunca decepcionas... :)

Me ha encantado lo de:

Bebe agua, que te limpia por dentro y te hace olvidar.

Si es que las camisetas de grupos les quedan tan bien a los chicos (a los de las historias, y a los de la vida real ;)).

muaaak.

Para brillar, primero hay que ensuciarse dijo...

Yo me quedo con la boca abierta chica, me quito el sombrero.