domingo, 17 de abril de 2011

Recuerdo.

Nada es cierto, nada hoy es real.
Recuerdo haber oído, haber oído tu voz.
Recuerdo haber sentido, haber sentido el tacto de tu mano.
Recuerdo haber visto, haber visto mi reflejo en tus pupilas de brillante azabache.
Quizás tú también hayas tenido esa sensación antes, esa extraña sensación al contemplar cómo cae una estrella de la bóveda nocturna.
Quizás, amigo, hayas podido averiguar que me encuentro en un solitario túnel, sentada en una vía de tren.
Contemplo una rosa nacer en la palma de mi mano y aunque te parezca sorprendente, amigo, no es eso lo que me asombra en un día como hoy, sino que...
Sino que aún sigo recordando haber oído, sentido y visto tu voz, tu mano y mi reflejo en dos ojos hambrientos.

No hay comentarios: