domingo, 22 de enero de 2012

Cartas jamás enviadas. (XIV)

                                                              Una noche de sábado buscando calor.
Amado desconocido:
Hace tiempo que me duermo en tu recuerdo, apoyando la cabeza sobre tus palabras.
Me duele tu pasado y me duele mi presente. Anochezco entre lágrimas y amanezco entre suspiros.
No creía en ti, no creí en mí. Tampoco fue necesario del todo, más bien fueron las ganas de querer lo que hundió esto.
Más bien fue una locura cansada de sentir.
El nuevo año ha entrado tranquilo y sonriente pero sin ti nada será lo que era, ni siquiera sé si quiero que vuelvas.
Ni siquiera sé quién eres ahora.
Sí sé que ahora necesito un abrazo de esos que sirven como calefacción en las noches del horrible Enero. Uno de esos achuchones que te dejan sin respiración.
No te lo pido a ti, querido desconocido, pero en noches como las de hoy tu recuerdo me aprieta fuerte en la garganta y siento el frío nacer en mis pies.
Intento guardar la esperanza, como lo hizo la Orquesta del Titanic y seguir con esta canción aunque me mate.
Aunque este amor ya haya naufragado.
Mis palabras rozan lo repetitivo y carente de originalidad, pero qué escribir cuando ya te has ido y no volverás.
No me atrevo a dar esto por imposible ni por finalizado. No me atrevo, lo siento en el corazón.
Te imagino caminado por la playa mientras la lluvia moja tu pelo y tus ropas. Te imagino corriendo por la arena con el pelo pegado a la cara y tu abrigo empapado. Te imagino riendo mientras corres y huyes de la tristeza de este invierno que quiere atraparte, como hizo conmigo.
Eres hermoso y casi perfecto, pero tan imposible como alcanzar Júpiter de un salto.
¿Sería maravilloso, verdad?
Te imagino riendo bajo las nubes negras, bebiendo un zumo a las siete de la mañana bajo el frío matutino de esta ciudad que vela tu sueño.
Te imagino como un niño sonriendo siempre, aunque todo sea malo y negro.
Realmente eres hermoso.

Dedicándote las más bellas canciones,
La chica de ojos verdes.


P.D: Mira, mira ahora a través de la ventana. ¿Ves esa estrella dorada que parpadea? Brilla porque existes, porque exististe.

3 comentarios:

A. dijo...

Llego hasta aquí y no puedo evitar rendirme ante tus textos. Me han maravillado (y tocado alguna fibra sensible que el frío enero tenía congelada). Sin duda cuenta con una seguidora más, la número 100 ;)

http://unreflejoenlaventana.blogspot.com

Chica de verano. dijo...

¡¡Me encanta!! Ha sido ver que era de tu blog y pasarme ^_^ Cómo me encanta...
¡Un beso!

PD: Eso es escribir y lo demás son tonterías :P

Elisa Sestayo dijo...

Un pequeño corazón de manzana, me alegra mucho que te guste. Espero que esa fría congelada por este Enero se haga primavera dentro de poco : )
María Hojas De Papel, me encanta que te encante ^^ Me hace mucha ilusión, gracias por pasarte.

¡Un beso a las dos y gracias! <3