domingo, 8 de abril de 2012

See you soon.

Ya se han cerrado todas las ventanas que permitían entrar un poco de aire fresco a mi vida. La primavera las ha cerrado porque siempre me ha odiado. Yo sé que la primavera no me tiene ningún aprecio, pero guardaba la esperanza de que quizás, después de este invierno tan frío, me pudiera abrazar con su delicadeza.
Las puertas también están cerradas y no son capaces de abrirse ni siquiera un poco para dejar entrar la claridad a este corazoncito que se encoge con el sonido de la armónica y con un sólo acorde de guitarra.
Los gorriones se han ido o vuelven, nunca lo he tenido muy claro, pero no importa tampoco. Huyen y por eso los admiro. Yo también quisiera huir, pero esta primavera me provoca claustrofobia y no me deja ver la salida.
Recuerdo las palabras, todas las palabras que he tenido la suerte de escuchar a lo largo de mi vida. Las palabras son maravillosas y me han dado ese apoyo que necesito, ese espacio en el que puedo moverme con libertad y ser y no sólo limitarme a estar.
Hoy, aquí, en una profunda oscuridad rota por el tecleo frenético de mis dedos y por una canción suave y bella me imagino dentro de unos años y sonrío. Todas estas preocupaciones morirán y nacerán otras, y siento emoción porque tengo ganas, tengo ganas de hacer lo que quiero y ser libre por fin. Sentir añoranza de lo que ahora tengo a mi lado y dejarme acunar por unos brazos que me consolarán al caer la noche y en la llegada de las lágrimas a mis ojos.
Podría decir adiós esta noche, podría llorar, podría reírme o podría dormir hasta mañana sin pensar y sin sentir. Podríamos vernos al anochecer, pero para ello debes saber de mi existencia y sobra decir que no sabes ni mi nombre. Todavía.
Podría recordar, recordar y nada más. Podría comer un bombón o cantar una canción hasta que se me cierren los ojos. Podría escuchar el silencio y todo lo que me quiere decir, pero me da miedo y prefiero ignorar lo que más tarde explotará y llenará todo de tristeza.
Y de todo lo que podría hacer, me quedo con escribir e imaginar porque lo llevo dentro, porque es lo único que me gusta hacer, porque así soy de verdad yo y puedo crear algo con lo que la gente se sienta bien. Escribir es la única manera que conozco de resultar bonita, y ni siquiera lo consigo cuando las palabras se tropiezan unas con otras como ocurre esta noche. Qué dolor la vocación de escritora...
¡Qué bonito está el cielo, parece un manto estrellado! Y lo digo sin mirar a través de la ventana, lo digo con la mirada fija en mi interior donde varias luces se encienden para apagarse al final de la canción.

Cuántas letras y qué poco contenido. Cuánto sufrimiento y qué pocos argumentos. Cuántas bocas y qué pocos besos. Cuánta alegría y qué poco sitio para ella.
Espero verte pronto y si lees esto que te vaya bien.




Y si no, pues también.

4 comentarios:

Adriana. dijo...

OTRA VEZ ME HAS DEJADO SECA, SIN PALABRAS ENSERIO. Es que sentirás que te diga siempre lo mismo pero es que es a sí, me ha encantado.. Para variar me vuelves a dejar con los pelos de punta.. ♥

Soy.la Anto dijo...

Eres bella, me encantas, quisiera ser como tu y volar entre letras, intento escribir pero lo que me sale son palabras tontas que dan vueltas y confunden, solo sueño, solo vivo y nada mas.
Te adora
Antüan

Chica de verano. dijo...

Te admiro, de verdad.Creo que nunca he visto tanto talento concentrado en unas pocas líneas, capaces de conseguir que me estremezca,que me emocione... En serio, sigue así.
¡Un besazo!^^

Elisa Sestayo dijo...

Muchas gracias, de verdad. Sois geniales *-*

Un besazo para cada una <3