viernes, 11 de mayo de 2012

Cartas jamás enviadas (XX)

                                                                                        Un cálido, pero nublado día de Mayo.
Amado desconocido:
Va pasando el tiempo. Van pasando las estaciones, despacio y dormidas, guardando en su mirada la esperanza y la tristeza a la que nos tienen acostumbrados. Y pasan los días como simples números tachados en un calendario sin ser ni siquiera días. Y pasan las semanas, sin ser del todo semanas, como nueces que te golpean la cabeza haciéndote heridas pequeñas que, un precioso día como hoy, duelen.
Renace aquello que estaba muerto y la poca vida que quedaba muere en una oscuridad rota por la mirada brillante del olvido. Un retrato, una poesía sin acabar, unos versos bañados en zumo de naranja y la somnolienta sonrisa de los que siempre soñamos. Una caricia callada, una guerra fría entre tu siempre y mi nunca. Cada palabra que jamás te dije, cada grito que debía haber dado para llamar tu atención, intensidad, la intensidad que me faltó y las lágrimas, lágrimas que derramé cuando todavía peinaba mi cabello por ti.
Todo ello mezclado con una suavidad propia de las sábanas a las siete de la mañana y de tu mirada, esa mirada chocolate que roba el sueño de los que, como yo, sienten la punzada en el pecho del dolor que produce la nostalgia. 
Ojalá lo supieras, pequeño, ojalá supieras lo dulce que eres cuando sonríes, cuando tu entrecejo se frunce ligeramente como una mariposita revoloteando entre las flores. Ojalá supieras que tu reluciente luz se enciende en noches como las de hoy, cuando la poesía no sirve para desahogar mis sentimientos y cuando cada verso que escupo es un puñal que se clava en mi pecho. 
Ojalá fuera capaz de seguir escribiendo, pero no puedo. No cuando tus recuerdos aplastan mi corazón y lo estrujan hasta dejarlo sin nada más que...

Recordándote, 
La chica de ojos verdes.

P.D: Te regalo esta carta, como todas, pero con la diferencia de que esta carta es la número veinte. El veinte es un buen número para acabar. ¿No crees?

9 comentarios:

Nesseah dijo...

La verdad es que este apartado de tu blog me impulso a escribir esas cosas que siempre me he guardado. No he mandado las cartas a sus destinatarios, pero al menos he sentido un leve desahogo al escribirlas. Es un blog privado y pensaba mandarte una invitación, por si querías cotillear, si quieres mándame un correo y te mando una invitación.
Aviso de que son mucho más viscerales y directas, no tienen el estilo que se puede disfrutar al leer las tuyas.
Un saludo.

Nesseah dijo...

Encontré un correo tuyo (es que no lo vi en el perfil). Invitación enviada.

Chica de verano. dijo...

Me encanta *--------* ¿Se acaban ya estas cartas? Yo las adoro, las leería a diario ^.^ Sigue así porque
esto es talento :)
¡Un beso!

Unknown dijo...

Me encanta tu forma de enredar palabras, algo que me pasa con muy pocos textos, la verdad <3

May R Ayamonte dijo...

Me ha encantado. Se me ha puesto la piel de gallina la verdad... escribes de una forma increible, y te expresas... es que cada palabra va unida mediante un toque poético a la siguiente. Por favor no dejes de hacer este apartado, es uno de mis favoritos.
Un beso.
Nos leemos
http://amormasalladelaunicidad.blogspot.com.es/

Elisa Sestayo dijo...

¡Muchas gracias a todos! : )

Un beso <3

Soy.la Anto dijo...

porque el dolor no es para siempre, sentir que el pelo se te cae de impotencia, no es para siempre, tener un cuchillo cruzandote el pecho, no es para siempre...

guarda un poco de esperansa.

te amo elise^^ sonrie que la vida sigue, siempre va haber dolor, que lo quieras sentir es tu decicion.

Soy.la Anto dijo...

:O malditos errores ortográficos...
no dejes de hacer las cartas jamas enviadas, haslas pero alegres, di fue lindo o que bellos recuerdos pero no pares

te amo xD

Elisa Sestayo dijo...

Muchas gracias, Antüan :') Tus palabras son muy bonitas.
<333 Besos.