miércoles, 22 de febrero de 2012

Días inexistentes.

Son días vacíos en los que nada es capaz de llenar el espacio entre tantos sentimientos dispares. Son días llenos de nada, llenos de aire que se comprime en el pecho y te impide respirar.
Deberíamos poder llenar cada vacío con una sonrisa. Deberíamos evitar el color negro aunque sea tan atrayente.
Son días que sólo se curan con una canción, unas palomitas y un pijama. Son días llenos de lágrimas sin sentido que te reconfortan y te duermen. Por fin te duermen.
Son días de agobios y temblores, de sonrisas que no llegan y de despertadores que suenan demasiado pronto.
Son días en los que da miedo acostarse en la cama siempre vacía, sin nadie que te abrace y te diga "Todo saldrá bien." Aunque en el fondo sepas que es mentira.
Son días demasiado fríos, días en los que te reconcomen sentimientos de nostalgia y vaga tristeza histérica y desesperante. Son estos días en los que todo da igual pero temes, temes que no haya un mañana para poder hacer lo que hoy deberías.
Son días de versos rotos y gastados, de sueños que no vuelan amenazados por el estúpido día a día.
Son días en los que sólo te levantas para esperar a que llegue la noche y volver a dormirte en un mundo demasiado idealizado y lleno de ilusión cascada.


Estos días deberían ser inexistentes.


Me creeré ese cuento de que me preocupo por tonterías y que todo saldrá bien.

2 comentarios:

ℒ. dijo...

me encanta, me encanta sencillamente me encanta...
eres increible escribiendo y n me cansare de decirtelo (L)

Elisa Sestayo dijo...

Gracias, muchas gracias <3