martes, 18 de octubre de 2011

Cartas jamás enviadas (VIII)

                                                     Un día de Octubre en el lugar equivocado, como siempre.
Amado desconocido:
Debo pensar antes de escribirte. Debo medir bien mis palabras, resolverme entre tantas y encontrar las adecuadas. Debo hacerlo bien...
No te quiero, pero te echo de menos. Puede resultar contradictorio, pero esa es mi vida, así me podrás conocer mejor.
No quiero verte, pero quiero mirarte por un largo tiempo. No quiero besarte, pero tus labios encima de los míos me harían sentir como si danzara con los ángeles.
Te repito de nuevo, cariño, fuiste un gran error. Un dulce error, una amarga equivocación.
Si tú no existieras posiblemente no estaría aquí, ahora, en el lugar equivocado, a la hora equivocada.
Si tú no existieras no vestiría mi cuerpo de negro ni escucharía esta música. Bueno, en realidad sí lo haría.
Pero ¿acaso importa ya? Existes, desde luego.
Existes, no cabe la menor duda.
Existes, luego ¿existo?

En el lugar equivocado con muy poco cariño y mucha añoranza,
La chica de ojos verdes.




P.D: Te dedico esta canción, amado desconocido. No sé por qué.
Simplemente me gusta y de todos modos no la escucharás jamás. Cosas de la extravagancia...

No hay comentarios: