sábado, 17 de diciembre de 2011

Contado por mis gnomos de jardín. (I)

Tu guitarra negra reposa sobre tu regazo.
Nunca supe cómo tocabas, cómo acaricias las cuerdas de tu guitarra. Nunca oí tu voz al cantar. Me gustaría poder hacerlo algún día.
La noche en la que te sumes antes de dormir llama a mi puerta esperando que te acompañe, pero no quiero ir. Tú tampoco.
Si voy, si acudo a la llamada de las sábanas dónde te arropas, quizás sea más difícil olvidar tu maravillosa existencia.
La dulzura de tu voz y la delicadeza de tus labios al fumar me persiguen cada noche cuando trato de escribir algo que no tenga que ver contigo.
La noche de Diciembre se ha apoderado de mí y de las ganas de empujarte lejos, dejarte ir.
Cuando luchas por alguien es porque le quieres, porque sientes que es importante. Pero yo no lucho por ti porque te quiera, lucho por ti porque quiero quererte.
Necesito sentir que no estoy sola, que al acostarme cada noche podré imaginar tu rostro y pensar que me quieres. Aunque sea absurdo.

Los gnomos de jardín guardan en sus miradas inanimadas el olvido y la existencia de un mundo mejor. Yo guardo bajo la mía las ganas de que estés aquí, la añoranza. Tú guardas indiferencia e incomprensión.
Y una voz, quizás el gnomo de jardín que llevo dentro, me dice: "Empújale lejos, déjale ir"

Quizás tenga razón.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Primera vez que leo esta entrada y debo confesar que me ha encantado :)
Muy bonita la entrada, me hace entender a la perfección cómo te sientes :)

Elisa Sestayo dijo...

Muchas gracias, me alegra que te gustara! ^^ Seguiré escribiendo entradas sobre mis gnomos de jardín
: )

Un beso <3