sábado, 3 de diciembre de 2011

Todos estamos muertos.

Os creéis muy vivos. Sí, os creéis que estáis vivos. Decís vivir.
¡Qué equivocados estáis!
Acudís a antros llenos de gente, os mezcláis entre la muchedumbre. Movéis vuestros cuerpos y extendéis vuestros brazos. Vuestros olores se mezclan con los demás. El ruido que producís crece cuando se junta con el resto.
Bebéis, bailáis, os relacionáis. Por ello decís vivir.
¡Qué ridículos!
Algunos, incluso, decís amar. Otros soñáis, otros, en cambio, vivís vuestro sueño.
Utilizáis expresiones tales como: "Vive la vida", "Disfruta del momento". Ello os hace sentir vivos, realmente creéis tener vida.
Yo os digo que estáis equivocados. Todos estamos muertos. 
Nuestros brazos imploran vida, nuestras bocas buscan aire. Nuestros corazones bombean sangre en busca de ayuda. Buscamos la solución a nuestro dilema divagando, reflexionando con nuestros cerebros.
Ninguno vivimos realmente, a nadie se le concede el don de vivir. No nos está permitido.
El amor nos desgarra, la libertad nos frustra. Los sueños jamás serán alcanzados.
Lo imposible existe. El silencio nos consume, la verdad duele. ¿Acaso seguís diciendo que vivís?
Cuando las lágrimas se derraman y el miedo asoma por la ventana. Cuando el olvido siempre os acompaña. Vida, vida... Eso no es vida.

Disfrutad de la muerte mientras podáis, cuando la vida llegue os obligará a respirar.





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