miércoles, 28 de diciembre de 2011

Away.

La dulce niña con aroma de fresa espera sentada en el rincón oscuro del vacío corazón. Gime y tiembla asustada, su perfume no podrá ayudarla. Ahora no.
Sus ojos acaramelados brillan con el miedo y danzan en el interminable baile de un amor no correspondido, de un olvido que causa terror. Asustada y dormida en un profundo amor lleno de pasión busca consuelo en los ojos que un día la ofrecieron su calor.
Con la mirada perdida y cansada, con el estómago contraído y nervios aflorando, con ganas de vomitarlo todo, con el sabor de la derrota en su boca y sin ganas de seguir.
Su cuerpo está frío y agarrotado, su frente, aún así, hierve. La fiebre la está agotando, delira y gimotea allí, en el rincón dónde el amor se esfumó por vez primera.
Dentro de ella palpita su pequeño corazón, un objeto ya inanimado, casi muerto. Casi profundo, casi sentimental.
Sus ojos se clavan de repente en la sombra de él que se acerca lentamente. Casi preocupado, casi dulce.
Dentro de ella, de la joven de aroma a fresa, de acaramelada mirada y sonriente expresión, nace de nuevo aquel sentimiento olvidado y aplastado con el peso de los daños. Nace una sensación de miedo bonito, agradable quizás.
Él se arrodilla ante ella, con sus ojos chocolate fijos en los de caramelo. Algunos mechones de cabello caen decadentes sobre su rostro. Como en los viejos tiempos.
-Si pudiera ayudarte en algo...-dice, como si fuese una verdad.
La niña sonríe apenada y clava la mirada en el suelo, donde bailan las cucarachas y las mariposas se rinden.
-Ojalá nunca me miraras como lo haces. Ojalá tu mirada nunca se clavara así en la mía. Ojalá tu boca fuera de fresa, ojalá nunca mintiera. Ojalá tu recuerdo no me empuje tan lejos, ojalá tus manos se entrelacen con mis cabellos. Ojalá sintieras como todavía yo lo hago.
Entonces calla y él se aleja. La niña de aroma de fresa suspira y cierra los ojos en un intento de conciliar el sueño, sueño que ahora mismo estaba conciliando. Aún sin ella saberlo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Precioso, me encanta la manera que expresas los sentimientos de ella, porque es bonito que ella se sienta así, tan enamorada de alguien que ya no es para ella.
Pero quizá otra persona la saque de allí, de ese rincón oscuro y frío.
No digo que tenga que ser ya, solo digo que seguro que alguien la encuentra y será feliz de cuidarla y de darle cariño.
No tiene que ser un chico del que ella se enamore, no. Un amigo vale.
Pero el destino es así.
Ella estará en ese lugar hasta que alguien la encuentre. Pensará que está sola y que nadie la quiere hasta que venga esa persona inesperada y poco a poco la ayude a sacar ese vacío de su pecho, y digo sacar porque a veces lo que pasa es que un vacío se ha metido y ocupa nuestro corazón, pero cuando se va, deja cabida a otro tipo de sentimientos, quizá no tan fuertes, pero serán reconfortantes, como una mano cálida que te encuentra en la fría oscuridad de la noche ^^

Elisa Sestayo dijo...

Muchísimas gracias, me alegra un montón que te haya gustado.
Espero que sí, espero que sí. Espero que la chica de aroma de fresa encuentre una salida a ese rincón oscuro y solitario. Espero que guarde la esperanza y alguien le de su cariño.

Un beso enorme, Lilii, es un placer leer tus comentarios : )
<3 GRACIAS.